"Percibí entonces con claridad algo que ya había advertido en mi soledad romana, o sea, que lo que para unos está mal para otros está bien y que los bandos proceden, en su rechazo o su aprobación, con igual sinceridad y vehemencia, de manera que la justicia pura escapa a las decisiones humanas, gobernadas por las normas preestablecidas pero dirigidas también por factores inherentes a la sensibilidad de cada uno y al enigma que presidió la elaboración inexplicable y caprichosa del alma propia de cada ser".
"Bomarzo", Manuel Mújica Lainez
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