Interesante artículo el que he leído en el blog de Eduard Punset. Viene ha decir más o menos:
"Si le digo a un niño que de los dos caramelos que tengo ya puede contar con uno, pero que si es capaz de esperar 15 minutos a que yo vuelva le daré los dos, ¿qué pasa entretanto en su cerebro? ¿surge alguna correlación entre la decisión de no esperar ahora y los suspensos cuando lleguen a la universidad?"
Y parece ser que según el estudio si que hay una relación. El psicólogo Walter Mischel desarrolló el experimento de los dulces y siguió a los niños del experimento a lo largo de 20 años... es muy difícil negar que los niños de cinco años proclives a dejarse llevar por el impulso de comer el dulce siguen sin saber reprimir sus instintos cuando alcanzan la adolescencia; sus notas académicas son peores que las de aquellos que supieron dominar sus impulsos más primarios; son más infelices y provocan mayor desasosiego a su alrededor. En fin, que os recomiendo el artículo porque es muy interesante.
"Si le digo a un niño que de los dos caramelos que tengo ya puede contar con uno, pero que si es capaz de esperar 15 minutos a que yo vuelva le daré los dos, ¿qué pasa entretanto en su cerebro? ¿surge alguna correlación entre la decisión de no esperar ahora y los suspensos cuando lleguen a la universidad?"
Y parece ser que según el estudio si que hay una relación. El psicólogo Walter Mischel desarrolló el experimento de los dulces y siguió a los niños del experimento a lo largo de 20 años... es muy difícil negar que los niños de cinco años proclives a dejarse llevar por el impulso de comer el dulce siguen sin saber reprimir sus instintos cuando alcanzan la adolescencia; sus notas académicas son peores que las de aquellos que supieron dominar sus impulsos más primarios; son más infelices y provocan mayor desasosiego a su alrededor. En fin, que os recomiendo el artículo porque es muy interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario