A partir del desarrollo de los reactores nucleares en la década de los cincuenta, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el hombre es el planteado por la gestión de los residuos que se producen. Un reactor de 1.000 MW de potencia utiliza entre 20 y 30 toneladas de combustible por año. Hemos de enfrentarnos al problema al margen de cual sea el futuro de la energía nuclear. Aunque se clausurasen todas las centrales nucleares ya existen miles de toneladas almacenadas en las propias centrales.
En España la gestión de este tipo de residuos es competencia de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). En la actualidad ENRESA está trabajando en la tarea de localizar, construir y gestionar un Almacén Temporal Centralizado donde guardar, de manera provisional y segura, los residuos radiactivos de alta actividad que en su mayoría se almacenan en las piscinas de la misma central.
La industria nuclear considera residuo radiactivo a cualquier material que contiene radionucleidos en concentraciones superiores a las establecidas por las autoridades competentes y para el cual no está previsto ningún uso. Los residuos radiactivos se pueden clasificar de muy diversas maneras en función de su estado físico (es decir si son gases, líquidos o sólidos), el tipo de radiación que emiten (alfa, beta o gamma), el periodo de semidesintegración (vida corta, media o larga), y su actividad específica (baja, media, alta).
Los residuos de alta actividad constituyen el 1 % del total, pero contienen el 95% de la radiactividad generada. Son los más peligrosos y los que poseen vida más larga. Emiten radiaciones durante miles y miles de años y tienen una toxicidad muy elevada.
A lo largo de la historia de este problema se han planteado muchas soluciones para tratar los residuos radiactivos, por ejemplo:
-Entierro en el lecho marino: Encerrar residuos radioactivos en contenedores o bidones y esperar que se mantengan clausurados hasta la eternidad... es una ingenuidad.
-Entierro en los hielos Antárticos: Abandonada por incontrolable, inviable y por la firma de acuerdos internacionales sobre protección de la Antártida.
-Envío al espacio: Cada lanzamiento sería la amenaza de un nuevo Chernobil. Además este método es tan caro que no es viable.
-Transmutación: Consiste en la transformación de ciertos radionucleidos de vida larga en otros de vida más corta o isótopos estables. Es muy caro y todavía no se tienen garantías de que el proceso reduzca de forma efectiva la cantidad de radiactividad.
-Reprocesamiento: se recupera Uranio y Plutonio para su posterior utilización como materiales energéticos. Genera una cantidad todavía más grande de residuos de baja, media y alta actividad que hay que gestionar adecuadamente.
-Almacenamiento en superficie: En la práctica es el que se usa actualmente :)
-Almacenamiento geológico profundo (AGP): Hoy día la solución considerada más favorable y segura. La imprevisibilidad de la evolución geológica, de las corrientes de agua subterráneas y el tiempo que deben estar confinados (del orden de miles de años) suponen los mayores problemas.
En conclusión y como opinión propia, solo decir que la energía nuclear es la mejor de todas pero tiene este problemilla con los residuos... vamos, que podemos acabar de mierda hasta el cuello si no se nos ocurre alguna idea para solventar el tema de los residuos.
En España la gestión de este tipo de residuos es competencia de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). En la actualidad ENRESA está trabajando en la tarea de localizar, construir y gestionar un Almacén Temporal Centralizado donde guardar, de manera provisional y segura, los residuos radiactivos de alta actividad que en su mayoría se almacenan en las piscinas de la misma central.
La industria nuclear considera residuo radiactivo a cualquier material que contiene radionucleidos en concentraciones superiores a las establecidas por las autoridades competentes y para el cual no está previsto ningún uso. Los residuos radiactivos se pueden clasificar de muy diversas maneras en función de su estado físico (es decir si son gases, líquidos o sólidos), el tipo de radiación que emiten (alfa, beta o gamma), el periodo de semidesintegración (vida corta, media o larga), y su actividad específica (baja, media, alta).
Los residuos de alta actividad constituyen el 1 % del total, pero contienen el 95% de la radiactividad generada. Son los más peligrosos y los que poseen vida más larga. Emiten radiaciones durante miles y miles de años y tienen una toxicidad muy elevada.
A lo largo de la historia de este problema se han planteado muchas soluciones para tratar los residuos radiactivos, por ejemplo:
-Entierro en el lecho marino: Encerrar residuos radioactivos en contenedores o bidones y esperar que se mantengan clausurados hasta la eternidad... es una ingenuidad.
-Entierro en los hielos Antárticos: Abandonada por incontrolable, inviable y por la firma de acuerdos internacionales sobre protección de la Antártida.
-Envío al espacio: Cada lanzamiento sería la amenaza de un nuevo Chernobil. Además este método es tan caro que no es viable.
-Transmutación: Consiste en la transformación de ciertos radionucleidos de vida larga en otros de vida más corta o isótopos estables. Es muy caro y todavía no se tienen garantías de que el proceso reduzca de forma efectiva la cantidad de radiactividad.
-Reprocesamiento: se recupera Uranio y Plutonio para su posterior utilización como materiales energéticos. Genera una cantidad todavía más grande de residuos de baja, media y alta actividad que hay que gestionar adecuadamente.
-Almacenamiento en superficie: En la práctica es el que se usa actualmente :)
-Almacenamiento geológico profundo (AGP): Hoy día la solución considerada más favorable y segura. La imprevisibilidad de la evolución geológica, de las corrientes de agua subterráneas y el tiempo que deben estar confinados (del orden de miles de años) suponen los mayores problemas.
En conclusión y como opinión propia, solo decir que la energía nuclear es la mejor de todas pero tiene este problemilla con los residuos... vamos, que podemos acabar de mierda hasta el cuello si no se nos ocurre alguna idea para solventar el tema de los residuos.
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